Los ideales en cuestiones laborales a veces se sienten amenazados por las diferentes apreciaciones que el inconsciente manifiesta en inseguridades, rivalidades, celos y chismes. ¿Es que el ser humano no puede estar en paz? ¿Libre de resonancias y disputas? Bueno esa es una gran pregunta. Definitivamente muchos no lo entienden como una oportunidad de crecimiento y deciden buscar el poder, resolverse y supuestamente ser abundantes sin tomar en cuenta las necesidades de los demás. Es un deseo inconsciente lo suficientemente poderoso de jerarquizar a los demás utilizando frases, acciones, y manipulaciones pues no se busca ser responsable, crear en grupo, liderear o seguir instrucciones. Es más fácil darle espacio a la auto importancia que quiere brillar que hacerse responsable.
Entonces, ¿Cómo ayudar a un equipo de trabajo, un líder, o un puesto base? Comenzando con la premisa de que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, equilibrar las oportunidades y manifestando comunicaciones claras y concisas que lleven a experiencias divertidas e interesantes hacia el reordenamiento del pensamiento, permitirá que el eje del ser, su corazón, deje de sentir ansiedad y mire lo que realmente puede aportar y cuál es su lugar. Cuando así lo logra una empresa, la voluntad de servir y obtener contento por ello se vuelve muy sencillo.
Por otro lado, esa auto importancia llena de dolores de pertenencia, abandono e injusticia debe sanarse a través de compartir los caminos recorridos del maestro y su lámpara de conciencia. Cuando queremos empresas que tenga una inteligencia viva hay que crear focos de luz siendo éstos, espacios, personas y eventos de confianza y crecimiento los que emanen energía transformadora y de sostén.
No hay mayor desesperación que una vos que no escucha y el efecto de esa ignorancia. Juntemos seres que aman equilibrar e impulsar conscientemente la mejoría llevando a todos a convertirse en una comunidad agradecida y compartida.
Marcela Robles
