El Maestro Jesús / Jeshua es un Ser humano que Ascendió con la finalidad de crear una instrucción de Amor hacia la humanidad.
Su enseñanza no fue bien recibida para esos tiempos pero su legado a través de los años, aunque ha sido distorsionado, conserva las pautas y direcciones a donde deben ir las almas para su liberación y retorno a la fuente de todo Amor.
Ha pasado mucho tiempo antes de que la conciencia Crística pueda establecerse en la tierra. Pero ahora el tiempo ha llegado. Y ha regresado con la intención de que sea escuchado a través de muchas personas y de que cada quien quiera escucharlo y haya logrado comprenderlo desde la quietud de sus corazones. Quiere enseñar sobre la inmensa e inagotable presencia de Amor, accesible a ustedes en todo momento.
Es parte de una conciencia mucho más grande, una entidad más grande, pero Él, Jeshua, es la parte encarnada de esa entidad.
Yo soy Jeshua, hombre de carne y hueso.
Yo soy su hermano y amigo.
Yo estoy familiarizado con ser humano en todos los aspectos.
Yo soy maestro y amigo.
No me teman. Abrácenme como ustedes abrazarían a uno de su familia.
Somos familia.
La energía Crística
La energía Crística que Él ofrece es una energía colectiva que ha llegado más allá del mundo de la dualidad y que reconoce los opuestos como parte de una misma energía.
Cuando se vive desde la energía Crística se entiende que todo es perfecto como es. No hay que hacer nada más que elevar el espíritu, el ser divino, el cuál traerá las respuestas para seguir creciendo libre de juicios, dualidades y sentimientos desordenados. Porque en la energía del Cristo no existe.
Como Maestro Ascendido, vino a dar lección de vida y su función primordial, la cual muchos ven como sacrificio, fue su liberación kármica que se mostró y que aún muchos conservan como si fuera una crucifixión de sacrificio y dolor a seguir. El no brindó eso al mundo, pero sí trajo consuelo, amor, empatía, reglas de vida y abundancia.
Todo Ser que decide ser parte del Cristo (la energía Crística), decide entrar en su conciencia Crística, la cual lo libera de todo miedo y falta de Fe.
Lo que este Maestro nos ha traído a este mundo, es la Fe y esperanza que cobra vida cuando el Ser humano se pierde en las consecuencias de sus experiencias de sabiduría o terquedad.
Jesús no se iluminó de una forma natural. Lo hizo por medio de la intervención, una infusión de la energía de Cristo donde él sabía que sería de esa forma su liberación. Estuvo de acuerdo a ser identificado como Jesús, actuando en servicio con un profundo deseo de llegar a conocerse divinamente e interiormente.
Él vino desde otro mundo o incluso dimensión, y trajo con él la elevada energía de esta realidad.
La conciencia de su propio Gran Ser permaneció intacta mientras encarnó en la tierra. La razón por la que Jesús/Jeshua, personalmente, vino a la tierra fue la de crear una apertura o portal hacia un diferente estado de conciencia.
En las esferas de la luz desde donde Jesús vino, se percibió que la tierra se dirigía hacia una dirección que podría terminar en una gran oscuridad y propia alienación para las almas involucradas en el experimento de la tierra. Se decidió que se entregaría un impulso poderoso para el cambio, el cual podría claramente mostrarles a los seres humanos las oportunidades disponibles para ellos.
Jesús, sembró semillas dónde había oscuridad y dónde era evidente brotaría la luz hacia un futuro mejor y más consciente.