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HilarionEl Maestro Ascendido Hilarión, un alto sacerdote en el Templo de la Verdad en la Atlántida, con la llama de la Voluntad y de la Aceptación Divina en el corazón aceptó venir a la Tierra para traer el Rayo de la Verdad.

Fue Saulo de Tarso, conocido como San Pablo, el Apóstol. Nació de padres judíos al comienzo de la era Cristiana; estaba bien versado en las Escrituras, por lo que su firme creencia acerca de cómo el Mesías debía venir causó que no viera a Jesús mientras estuvo en la Tierra.

Poco después de ascender Jesús, se le apareció mientras estaba en las cercanías de Damasco en un viaje emprendido con el propósito de encontrar a los discípulos en ese lugar y llevarlos como prisioneros a Jerusalén.

En esa visión, su arrogancia y orgullo fue consumido, y su vida cambió por completo para convertirse en un seguidor devoto de las Enseñanzas de Jesús.

Hilarión ha recordado para nosotros su encuentro con el Cristo en esa encarnación:

“Mi alma lo conocía como de antaño y lanzaba a mi mente exterior el recuerdo del voto interno. No era la primera vez que veía al Señor Cristo. Lo había visto antes de tomar encarnación, y aun así tenía que trabajar a través de ese orgullo, ese karma del quinto rayo de mucho aprender, mucho estudiar y superioridad en posición social y posición intelectual que tenía en consideración a los primeros cristianos. Y así fue el propio karma que pesaba sobre mí a través del cual resistía el llamado.”

Como San Hilarión, el fundador del monasticismo en Palestina, quien fue reconocido por sus curaciones milagrosas y su gran humildad, vivió como un ermitaño en el desierto y después de veinte años tuvo un gran número de discípulos e iniciados bajo su dirección espiritual.

El Maestro Ascendido Hilarión compartió con nosotros una revelación que recibió en esta última encarnación en la tierra como el gran sanador y ermitaño que vivía en los desiertos de Palestina y Chipre. Él dijo:

“ YO SOY Hilarión! ¡Caminé en lugares desérticos! He tomado mi refugio en el desierto de la vida, pero las multitudes vinieron a mí cuando viví en mi última encarnación como Hilarión. Ellos vinieron por la fuente de curación; ellos vinieron por amor. Aunque me retirara, ellos me seguirían. Y así, el Señor me dijo que el don de la Verdad y de curación es solo para compartir, solo para darlo.”

La marca de identidad de un verdadero sanador es que camina bajo la sombra de su poderosa Presencia YO SOY, que es humilde ante Dios y el hombre, y que da toda su gloria a Dios por las obras que Dios hace a través de él, sabiendo que no es más que un instrumento del Espíritu santo.

Estos santos son modestos, y no necesariamente te contarán que tienen el don de curación.

El Maestro Hilarión llegó a formar un grupo de investigadores psíquicos e inició posteriormente el movimiento espiritista, dedicando parte de su vida terrenal al conocimiento del mundo espiritual.

Su virtud es la Investigación Espiritual.